Con el paso del tiempo
nos vamos haciendo más fuertes:
más hueso, menos carne;
menos persona, más ser;
todo acaba siendo tan efímero,
tan banal.
Lo que antes conseguía dibujarnos una sonrisa
ahora apenas traza una afligida mueca.
Lo que antes nos entristecía
ahora lo llevamos de la mano.
Y entre carcajadas y largos tragos
Se hacen apuestas a ver quién suelta la mayor estupidez.
No nos engañemos (entre tú y yo):
Sabemos que muy pocos seriamos capaces de apretar el gatillo.
Si algo he aprendido es a no participar en este tipo de apuestas:
Ésta sensación de vacío no es la felicidad que deseábamos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar