reflexiones

Era curioso, a partir de cierta hora los borrachos pasajeros que tenían algo que celebrar u olvidar se esfumaban, satisfechos de haber formado parte de la otra cara de la sociedad se recogían a sus hogares dejando atrás un panorama deprimente: aquellos que incluso más que vivir para beber, bebían para vivir.

También reían, sí, pero era una risa muy distinta; no importaba la diferencia de edad, las razones de cada uno eran dispares, poco importaban también, tan solo ese olor a fracaso y decepción era lo que les unía, la urgente necesidad de escapar; el sentimiento común de no encajar conseguiría, una noche más, hacernos sentir tan acompañados y tan solos a la vez.

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