...


Oídos dudosos,
abrazos forzados,
miradas vacías,
sonrisas… simples muecas

Apuñaladas que rozarían
el alma
si no hubiéramos
acabado ya con ella



Bukowski estaba en lo cierto:
todo es más fácil
con varios grados de alcohol en sangre
y un chute de irracionalidad.

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